Literatura de posguerra.
INTEGRANTES:
EDGAR GUZMAN DIAZ
JOSE ORLANDO GALICIA
JUAN JOSE FLORES
AMERICA GOMEZ
YASMIN RIOS
La
literatura española posterior a 1936 está marcada por la Guerra Civil Española
(1936-1939). En los años posteriores a la contienda, encontraremos ejemplos de
novela falangista (afín al régimen) y también habrá novelas de tono desarraigado
cuyos temas y personajes son reflejo de la situación de miseria que se vivía en
España en ese tiempo. Por lo tanto, la división entre vencedores y vencidos se
reflejará también en el ámbito literario.
La
guerra fue devastadora para la mayoría de las ciudades, lo que hizo que
existieran críticas sobre la situación de España en ese momento mediante dos
tendencias literarias: la conservadora (se dejan de lado los problemas
existenciales) y la rehumanizadora (escribe sobre lo que pasa realmente y lo que
se vive durante la guerra).
La
guerra del 1936-1939 en España afectó en gran manera la literatura española.
Algunos escritores murieron en ella, como García Lorca o Muñoz Seca; otros
fueron al exilio, como Alberti, Salinas, Guillén, etc., y otros continuaron en España,
como "Azorín", Pío Baroja, Gerardo Diego, Dámaso Alonso, Alezxandre.
En este tiempo surgieron nuevos escritores, que afirmaron su propia
personalidad tanto en la lírica, como en la novela.
La
poesía que se escribió durante los primeros años de la posguerra no supuso una
auténtica novedad, puesto que no fue sino una mera continuación de la que había
comenzado a producir poco antes del comienzo de la guerra (1936) un grupo de
poetas que, sin romper con los de la generación del 27 abiertamente, marcaron
nuevas orientaciones.
Tanto
la poesía arraigada como la desarraigada tienen en común una vuelta al
realismo, al sentido de la solidaridad social, dentro de la religión o dentro
de una postura social ética; proclamación de la hermandad como reacción a la
guerra y la proclamación de la comunicación entre los hombres.
La
literatura del exilio
Los
escritores del exilio siguieron escribiendo en los países elegidos como
residencia, tomando como tema el canto a España, motivo de su nostalgia.
La poesia
Juan
Ramón Jiménez y la mayoría de los poetas de la generación del 27 dispersos ahora por distintos países, prosiguen cada uno sus propios
caminos poéticos.
Los novelistas
Las
obras de los novelistas del exilio apenas fueron conocidas a causa de la
censura. Se trata, pues, de una corriente literaria que evoluciona de una
manera autónoma y paralela respecto a la narrativa que se va desarrollando en
España.
Cronología
AÑOS
CUARENTA
La
Segunda Guerra Mundial acabó con la victoria aliada sobre Alemania e Italia, lo
cual dejó a España totalmente aislada. Los escritores quedaron al margen de la
literatura que se hacía más allá de nuestras fronteras.
La
escasa literatura de estos primeros años de posguerra oscila entre el
esteticismo, que ignora la realidad circundante, y la expresión de la angustia
y desarraigo que la guerra ha creado.
En
la entrevista que mantuvieron en Hendaya Adolf Hitler y Francisco Franco, el 23
de octubre de 1940, se decidió que España no participaría en la Segunda Guerra
Mundial.
AÑOS
CINCUENTA
Empezó
a abrirse al exterior (en 1955, se integró en la ONU). El reconocimiento
internacional del franquismo se tradujo en mejoras económicas y en la
comunicación con el exterior.
En
literatura empezaron a tomar importancia los temas de crítica social. El
resultado fue una nueva versión del realismo, tendente a la denuncia de la opresión
y la injusticia.
AÑOS
SESENTA
Con
el desarrollo económico el franquismo se consolidó, a la vez que la oposición
al régimen se hizo más sistemática.
En
literatura, el experimentalismo vuelve a imponerse una vez agotado el realismo
social.
DE
1970 A 1975
En
los últimos años del franquismo se confirmó la apertura al exterior. El país se
sitúa entre los más industrializados gracias a las inversiones extranjeras y al
turismo.
El
eclecticismo derivado de la llegada de materiales extranjeros gracias a la
apertura de la censura se resolvió finalmente con una vuelta a lo clásico.
RAMÓN
J. SENDER (1902-1082)
Es
el autor más representativo de la novela en el exilio. Su obra, caracterizada
por el compromiso ideológico y por el uso de una personal técnica realista, es
muy extensa y variada.
Comenzó
su carrera novelística en los años treinta, con títulos como Imán (1930), Siete
domingos rojos (1932) o Mr.Witt en el cantón, premio Nacional de Literatura de
1935.
En
el exilio escribió decenas de novelas en torno a tres grandes temas: la
evocación autobiográfica (Crónica del alba, 1942), la Guerra Civil (Réquiem por
un campesino español, 1953, que es su obra maestra) y la América española
(Epitalamio del Prieto Trinidad, 1942).
Ramón
J. Sender
FRANCISCO
AYALA (1906)
Antes
de la guerra participó en los movimientos vanguardistas de los años veinte, con
una narrativa deshumanizada y experimental.
Ya
en el exilio, publicó dos colecciones de relatos breves, Los usurpadores (1948)
y La cabeza del cordero (1949), ambientados en diversos momentos de la historia
de España.
Son
importantes también dos novelas que analizan críticamente una ficticia
dictadura hispanoamericana: Muertes de perro (1958) y El fondo del vaso (1962).
A
lo largo de toda su obra, Ayala ha mostrado un especial cuidado por el estilo y
el lenguaje.
Francisco
Ayala recibió el premio Cervantes en 1991.
ROSA
CHACEL (1898-1995)
También
siguió las tendencias deshumanizadoras y vanguardistas en sus primeras obras.
En
el exilio publicó unas cuantas novelas realistas, de estilo muy cuidado y ritmo
lento. No tratan de temas sociales, ni siquiera de la Guerra Civil, sino que se
centran en el minucioso análisis psicológico de los personajes femeninos.
Destacan:
Teresa (1941), basada en la vida de la amante de Espronceda, y Memorias de
Leticia Valle (1946), que narra el despertar amoroso de una adolescente.
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